Autor: Juan José Dobles
Isengard ganó renombre durante la Guerra del Anillo como la inexpugnable fortaleza desde la cual Saruman comandó a sus ejércitos en su campaña contra el reino de Rohan. Sin embargo, este símbolo de poder y traición posee una enigmática historia que se remonta mucho tiempo atrás, antes que el istar llegara a vivir entre sus muros.
Aunque los registros históricos de su construcción no son muy claros, se dice que la fortaleza fue levantada por los gondorianos en tiempos de Isildur y Anárion como puesto de vigilancia del paso de Calenardhon, al noroeste del territorio de Gondor de aquella época. En un principio su nombre fue Angrenost (“fortaleza de hierro”, en lengua sindarin), pero tras la llegada de los rohirrim adoptó el nombre con el cual se le identificaría al final de la Tercer Edad, que no es más que una simple traducción del nombre original al anglosajón antiguo hablado por ese pueblo.
Isengard se ubica en el extremo meridional de las Montañas Nubladas, a los pies del Mathedras (Última Cima), en un estrecho valle defensivo que durante la Guerra del Anillo era conocido con el nombre de Nan Curunir, el Valle del Mago. Evidentemente este nombre le fue dado tras la llegada de Saruman. El nombre original es desconocido.
La fortaleza está constituida por un anillo de piedra que circunda una planicie de 1500 metros de diámetro y la torre de Orthanc. El único camino de acceso a la fortaleza atraviesa el muro en la zona sur del círculo y marcha al margen del río Angren (Isen) hasta alcanzar los Vados del Isen. La entrada al anillo es vigilada por dos torreones a cada lado de ella.
Los muros, aparentemente llanos y macizos vistos desde el exterior, están en realidad huecos y son un complejo sistema de habitaciones, escaleras y posiciones defensivas que rodean la fortaleza. Dentro de ellos se alojan barracas, armerías, almacenes e incluso establos. La torre de Orthanc se levanta hasta los 150 metros de altura en el punto central de la planicie. Su nombre significa “Monte del Colmillo” en sindarin, debido a los cuatro pilares terminados en puntas agudas como lanzas que la coronan. La fortaleza de la roca negra con que fue construida la torre ha originado gran cantidad de conjeturas sobre su naturaleza. Algunos afirman que la torre ya se encontraba en Nan Curunir cuando llegaron los gondorianos, quienes decidieron construir el anillo defensivo para aprovecharla. Otros afirman que la dureza de la roca implica que los gondorianos tuvieron que haber pedido ayuda a los enanos de Khazad-dûm para construir la torre. Sin embargo, no existe evidencia de interacción entre los gondorianos y los enanos a ese nivel hasta la llegada al trono de Aragorn II Elessar. También existe la teoría menos aceptada de que la fortaleza de la torre de Orthanc era producto de hechizos defensivos invocados por el propio Saruman. Hay que recordar las palabras de Peregrin Tuk quien, tras la llegada de Gandalf y su comitiva a Isengard después que esta fuese tomada por los ents, comentó que la torre es lisa y dura, como si tuviese “alguna magia, más antigua y más poderosa que la de Saruman” (Las Dos Torres, Restos y Despojos).
Entre los rasgos más llamativos de la torre están el balcón desde donde Saruman acostumbraba vigilar los trabajos que sus orcos realizaban en Isengard, y el pináculo de la torre, una superficie llana con inscripciones de números astronómicos desde donde se tenía una visión clara de las Montañas Nubladas al norte y la ladera occidental del bosque de Fangorn al noreste.
La explanada dentro del anillo de piedra estuvo durante largo tiempo cubierta por un bosquecillo y un hermoso jardín con riachuelos y un pequeño lago. En esta explanada el camino que llegaba desde los Vados del Isen hasta la puerta principal de Orthanc estaba flanqueado por una hilera de columnas a ambos lados.
Durante los siglos en que los gondorianos mantuvieron el control de la fortaleza, varios regimientos bien aprovisionados se encargaron de mantener seguro el Paso de Rohan, convirtiendo a Angrenost en un puesto de avanzada inexpugnable. En la sala principal de Orthanc se guardaba uno de los cuatro palantiri de Gondor, la más septentrional de las Piedras Videntes de dicho reino.
Con el paso del tiempo la torre fue quedando en el abandono a medida que la población de Calenardhon y los territorios del oeste de Gondor fue menguando debido a las inundaciones y las enfermedades. Para cuando Mardil el Leal se convirtió en el primer Senescal Gobernante de Gondor en el 2050 TE, ya era demasiado claro que las principales amenazas para el Reino de Gondor provenían del este y del sur. Por lo tanto la fortaleza de Isengard fue clausurada y sus regimientos redistribuidos entre las fronteras de Ithilien y Anórien. Posiblemente durante aquella época se perdió el conocimiento de la existencia del palantir de Orthanc, aunque algún rumor debía sobrevivir puesto que los Senescales mantuvieron la posesión de las llaves de la torre.
Tras el auxilio de Eorl y los Éotheod al Senescal Cirion de Gondor durante la guerra contra los Balchoth en 2510 TE, toda Calenardhon fue cedida al pueblo de los jinetes quienes fundaron el Reino de Rohan. Sólo la fortaleza de Isengard quedó bajo el control nominal de Minas Tirith, aunque en la práctica permaneció abandonada durante largos años.
Alrededor del 2700 TE, los dunlendinos provenientes de las Tierras Brunas tomaron posesión de Isengard. Esto supuso la toma de los muros, sus recintos y la explanada, pero no de la torre, cuya llave era guardada por el Senescal de Gondor en Minas Tirith. En el 2754 TE, el rey de Rohan Helm Mano de Hierro mató de un puñetazo al líder de los dunlendinos, Freca. Como venganza, su hijo Wulf conquistó Rohan en el 2758 TE y obligó a Helm a refugiarse en la fortaleza de Cuernavilla, donde murió congelado al año siguiente durante el Largo Invierno. Fréalaf, sobrino de Helm y nuevo rey de Rohan, reconquistó Meduseld y destruyó a los invasores matando a Wulf en el 2759 TE.
Estos eventos obligaron al Senescal Beren a tomar una decisión. Considerando que la defensa del Paso de Rohan debía mantenerse en manos aliadas y poderosas, Beren le pidió a Saruman el Blanco que se instalará en Isengard y le cedió las llaves de Orthanc ese mismo año. Saruman aceptó de inmediato, posiblemente bajo el conocimiento de la existencia de secretos poderosos que habían estado ocultos en Orthanc durante largo tiempo. A partir de ese momento la fortaleza de Isengard recobró de nuevo su importancia como centro de poder en Tierra Media.
En Isengard, Saruman no sólo encontró libros antiguos y pergaminos, sino también la Piedra Vidente, la cual comenzó a utilizar alrededor del 3000 TE para intentar descifrar el paradero del Anillo Único y averiguar los planes de Sauron.
Tras la muerte del Senescal Turgon en el 2963 TE, Saruman aprovechó la agitación reinante en Gondor tras el despertar del Orodruin y el retorno de Sauron a Mordor para declarar a Isengard como suya. A partir de ese momento el mago comenzó a fortificarla aún más. Taló los árboles dentro del anillo de piedra, secó los riachuelos y el lago, y reemplazó la hierba por planchas de piedra y maquinaria. Construyó también talleres y laboratorios subterráneos con los cuales creó un gran ejército de orcos a escondidas.
En el 3019 TE Saruman por fin reveló su traición cuando encerró a Gandalf el Gris en la cima de la torre de Orthanc después que este llegara buscando su consejo. Durante la Guerra del Anillo las tropas de Saruman marcharon desde Isengard en su ataque frontal contra Rohan. Sin embargo, en su búsqueda de combustible para sus hornos, Saruman cometió el grave error de talar la ladera cercana del Bosque de Fangorn, lo cual le ganó la ira de los ents. Estos atacaron Isengard desde sur, el norte y el este abriendo grietas en el anillo defensivo y utilizando la propia piedra arrancada de los muros como proyectiles que lanzaban contra la torre negra. La feroz arremetida se vio interrumpida cuando Saruman ordenó la utilización de los misteriosos fuegos de Isengard contra los atacantes. Como respuesta los ents embalsaron el río Isen por sobre el nivel de la fortaleza y después lo liberaron, anegando Isengard e inundando sus recintos subterráneos. Aunque en un principio la torre sirvió de prisión para Saruman y Grima, esta quedó abandonada después que el mago utilizara su mágica influencia para que Bárbol lo dejara libre.
Isengard se transformó totalmente tras el ataque de los ents. El anillo de piedra fue reducido a ruinas, despareciendo en varias partes. Donde alguna vez estuvo la explanada, sólo quedó un lago lleno de despojos en cuyo centro se levantaba Orthanc. Alrededor del lago, los ents crearon un nuevo y frondoso bosque al que bautizaron como el Bosque Vigilante.
Además del palantir recuperado por Gandalf (a quien Grima Lengua de Serpiente se lo lanzó desde el balcón intentando golpearlo), Aragorn II Elessar encontró varios tesoros escondidos en los salones de Orthanc. Estos incluían muchas joyas y reliquias de la familia de Eorl de Rohan hurtadas por Grima durante su estancia en la corte de Edoras. Pero dentro de un gabinete de acero, tan bien sellado que se necesitó de la ayuda de Gimli para abrirlo, Aragorn encontró el Elendilmir de Isildur (joya numenoreana que databa de los tiempos de Silmariën en la Segunda Edad) y la cajita de oro sujeta a una fina cadena en la cual Isildur guardó el Anillo Único durante su viaje truncado a Arnor. Debido a estos descubrimientos algunos gondorianos conjeturaron con tristeza que quizás Saruman había encontrado los restos de Isildur entre el fango de los Campos Gladios.
Tras la Guerra del Anillo Aragorn II Elessar tomó nuevamente el control de Orthanc y comenzó su restauración, aunque cedió la protección del Bosque Vigilante a los ents, los últimos guardianes de Isengard.