miércoles, 16 de julio de 2008

El Pueblo de Dúrin: los enanos en la mitología de Tolkien

Autor: Juan José Dobles

Según la tradición enana, siete fueron los Grandes Padres de los naugrim creados por Mahal (el vala Aüle) en los albores de la Primera Edad. Cada uno de ellos originó uno de los Siete Pueblos de los Enanos. Sin embargo, en la historia de Tierra Media Tolkien destaca a un pueblo en particular cuyo fundador fue el más grande de los siete ancestros: Dúrin el Inmortal.
De acuerdo a las leyendas, Dúrin despertó de su largo sueño en las laderas orientales de las Montañas Nubladas, en el Valle del Arroyo Sombrío (Azanulbizar en la lengua enana), cerca del Lago Espejo o Kheled-zaram. En las orillas de este lago Dúrin contempló su reflejo en las aguas por primera vez, mientras su rostro era enmarcado por las siete estrellas de la Osa Mayor. Esta visión da origen al emblema de la Casa de Dúrin: una corona rodeada de siete estrellas sobre un yunque con un martillo. El propio Dúrin I habría fundado la gran ciudad de Khazad-dum en las cuevas cercanas al valle. Para finales de la Primera Edad la capital del Pueblo de Dúrin se extendía por debajo de las grandes montañas de Barazinbar (Caradhras), Zirak-zigil (Celebdil) y Bundushatur (Fanuidhol el Gris).
Dentro de las sagas del Pueblo de Dúrin cada cierto tiempo el patriarca volvía a nacer, reencarnado en un nuevo líder de gran poder y valentía. De acuerdo a los registros de los enanos, hasta el inicio de la Cuarta Edad se sabía de al menos seis reencarnaciones de Dúrin.
El Pueblo de Dúrin se destacó por su influencia en la cultura enana del Oeste de Tierra Media. Eran conocidos como los Barbiluengos, debido a las largas barbas bifurcadas que ostentaban sus líderes. Su lengua era el khuzdul, pero también empleaban el misterioso lenguaje de gestos llamado iglishmek. Su escritura se basaba en el sistema de runas o cirth, del cual crearon dos modificaciones: el Angerthas Moria y el Modo de Erebor.
La explotación del mithril en Khazad-dum generó grandes riquezas al reino, las cuales aumentaron al final de la Primera Edad cuando una gran oleada de refugiados de las ciudades enanas de Nogrod y Belegost llegó procedente de las Ered Luin tras la Guerra de la Cólera. Las riquezas de los barbiluengos eran motivo de orgullo y prestigio ante los otros pueblos de Tierra Media, y a los enanos les gustaba ostentarlas portando hermosos cinturones de plata, finos cascos enjoyados y otros elementos ricamente forjados en gran variedad de metales preciosos.
Durante la Segunda Edad los barbiluengos entraron en contacto constante con los elfos noldor de Eregion, lo cual significó un gran intercambio de tecnología y conocimientos entre ambos pueblos. Esta relación llegó a su punto cumbre en el siglo VIII SE cuando Dúrin II encomendó a Narvi la construcción de la Puerta Oeste de Moria en conjunto con Celebrimbor, gran herrero y Señor de Eregion.
Pero el ocaso del Pueblo de Dúrin comienza ocho siglos después, cuando el propio Celebrimbor le da a Dúrin III el principal Anillo de los Enanos. Al desatarse la guerra entre los elfos y Sauron por el control de los Anillos de Poder, las Puertas del Reino de Dúrin se cerraron para aislarlo del desastre que amenazaba Tierra Media. Pero la destrucción de Khazad-dum no vendría de afuera.
En 1980 TE (Tercera Edad), la búsqueda de mithril en las profundidades del Caradhras despertó al Balrog, demonio de fuego y sombras de la Primera Edad, el cual mató a Dúrin VI y, un año más tarde, a su hijo Náin I. Los sobrevivientes abandonan Moria viajando hacia el norte e inician el largo Exilio del Pueblo de Dúrin. Se fundan entonces los reinos de Erebor cerca de Valle, y las Montañas Grises más al norte. Sin embargo, este último fue atacado por dragones durante el reinado de Dáin I, quien murió junto a su hijo devorado por un dragón frío. Algunos sobrevivientes regresaron a Erebor, pero otros se dirigieron al Este, donde fundaron una colonia en las Montañas de Hierro.
La prosperidad y riquezas de Erebor alcanzaron gran renombre entre los comerciantes de toda Tierra Media. Algunos dicen que estas riquezas son producto de la codicia que el principal anillo de los Siete provocaba en el corazón de los reyes del Pueblo de Dúrin. Sea cual fuese la razón, esta prosperidad nuevamente atrajo la desgracia contra los herederos de Dúrin. Durante el reinado de Thrór, la Montaña Solitaria es atacada por Smaug el Dorado, el más grande de los dragones de entonces, el cual saquea las estancias, destruye las defensas y toma el control de la montaña. Thrór logra escapar en compañía de su hijo Thráin II y su nieto Thórin.
Muchos de los exiliados se dirigen hacia el oeste, a las Montañas Azules en donde viven errando y añorando las riquezas perdidas en Moria y Erebor.
En 2790 TE, Thrór intenta entrar en Khazad-dum junto a su amigo Nár, pero es asesinado brutalmente y decapitado por Azog, rey de los orcos que se habían apoderado de Moria. Nár lleva la noticia a Thráin II, quien convoca a todo su pueblo desde cada rincón de Tierra Media. Así inicia la Guerra de Enanos y Orcos, la cual arrasaría con todas las fortalezas de los orcos en las Montañas Nubladas. La última batalla se llevó acabo en el 2799 TE frente a la Puerta Este de Moria, en Azanulbizar, el Valle del Arroyo Sombrío. Aunque la batalla fue sangrienta y los enanos sufrieron gran cantidad de bajas, su ejército logró aplastar a los orcos y Dáin Pie de Hierro logró matar a Azog, vengando a todo el Pueblo de Dúrin. En esta batalla también saltó a la fama Thórin, nieto de Thrór, quien recibió el nombre de Escudo de Roble. A pesar del triunfo, los enanos se negaron a entrar a Moria por temor al Balrog. Esta decisión no fue del agrado de Thráin II, quien mantenía en secreto el Anillo de Poder y deseaba poder recuperar las riquezas perdidas.
Se dice que el Anillo aumentó la angustia de Thráin, quien en forma insensata abandonó a su familia y vagó por el sur del Bosque Negro sin saber si ir a Moria o a Erebor. Fue entonces hecho prisionero por los servidores de Sauron en la Torre de Dol Guldur, donde murió en una celda tras ser despojado del Anillo.
Estos terribles acontecimientos, sin embargo, desencadenaron la liberación de la Montaña Solitaria en 2941 TE por parte de Thórin y Compañía gracias a la intervención de Gandalf el Gris, tal como se relata en El Hobbit. Debido a la muerte de Thórin en la Batalla de los Cinco Ejércitos, Dáin Pie de Hierro recibe la corona del Pueblo de Dúrin en la restaurada Erebor.
En 2989 TE, Balin intentó restablecer una colonia de enanos en Moria animado por la recuperación de Erebor. El intento fracasó trágicamente en 2994 TE cuando la colonia fue destruida por orcos. Balin fue asesinado a orillas del Lago Espejo y su cuerpo fue enterrado en una de las cámaras de Moria.
Durante la Guerra del Anillo en 3019 TE, Erebor fue atacada por el Ejército Oriental de Mordor. Aunque esta batalla no es tan recordada como la Batalla de Pelennor, el propio Gandalf reconocería su importancia y el valor del Pueblo de Dúrin en la defensa del futuro de la Tierra Media:
“Cuando penséis en la gran Batalla de los Pelennor, no olvidéis las batallas en el Valle y el valor del Pueblo de Durin. Pensad en lo que podría haber sido. Fuego de dragones y salvajes espadas en Eriador, la noche en Rivendel. Pudo no haber habido Reina en Gondor. Quizá hubiéramos vuelto de la victoria para encontrar sólo ruinas y ceniza.”
(Tomado de "El Pueblo de Dúrin", "El Señor de los Anillos: Apéndices”. J.R.R. Tolkien)
En esta batalla muere Dáin Pie de Hierro defendiendo el cuerpo de Brand, Rey de Valle. Tras el inicio de la Cuarta Edad, Thorin III Yelmo de Piedra es coronado Rey del Pueblo de Dúrin. Gimli, hijo de Glóin y miembro de la Comunidad del Anillo funda en Aglarond un nuevo reino, atraído por la belleza del lugar, el cual conoció durante la defensa de Rohan.
Mucho se ha especulado sobre el regreso del Pueblo de Dúrin a Moria tras la derrota del Balrog a manos de Gandalf. Sin embargo, sobre este tema no hay nada claro. ¿Tenían la capacidad los enanos de reconstruir un reino tan basto? ¿La menguada población de enanos al principio de la Cuarta Edad era suficientemente para repoblarlo? A todas estas preguntas sólo podemos responder con conjeturas.